UNA FOTOGRAFÍA CAPTURA LO QUE NO CABE EN PALABRAS.
GUATEMALA ES UN TESORO VIVO, LLENO DE COLOR, TRADICIÓN Y ALMA.
Desde la capital hasta los pueblos mágicos del lago Atitlán, esta serie es un homenaje visual a la belleza cultural de Guatemala. Cada retrato y paisaje fue una invitación a observar con calma y respeto.
Mercados vivos, miradas profundas, volcanes rodeados de neblina y tradiciones que resisten el tiempo.
Guatemala me mostró que la fotografía no es solo un encuadre: es un gesto de respeto hacia lo que uno no entiende, pero quiere honrar.
Viajar con cámara en mano es aprender a escuchar sin hablar.
Cada disparo fue una forma de agradecer.